lunes, 15 de octubre de 2012

Almas gemelas



Había una vez dos almas gemelas
que no temían a la oscuridad
porque la oscuridad estaba llena de la voz de la otra
Por que incluso cuando la noche era oscura
sin estrellas
Caminaban juntas de vuelta a casa
No hablaban, porque entendían
el poder de hablarse en silencio
Y cuando se miraban
volvían las estrellas de nuevo a brillar en el cielo
entonces se tumbaban boca arriba
en medio del camino 
levantando las manos para tocarlas
y las tocaban.

Conmigo














Cuando está conmigo
hay alguien en mi hogar de dolor
conoce la arquitectura de mis pensamientos
tan bien como yo
Y puede caminar conmigo
de una triste habitación a otra
haciendo que no resulte tan aterrador
Y cuando sonríe
me caigo de la silla 
de rodillas
Cuando sonríe 
todas las flores cambian de color
y años
y décadas
y siglos de lluvia
vuelven a verterse hacia el cielo...

Confusos pensamientos



Oh fiel compañera...
hace días que navego a la deriva
dudando de mi propia existencia...
Mientras oscuras nubes negras impiden
que contemple el sol
Dulce néctar de mis delirios
¿Acaso es amor esto que nubla mi mente?
Mis heridas parecen desvanecerse
y las nubes comienzan a alejarse
¿Puede un corazón destrozado seguir amando?
Siento de nuevo esa sensación
cuando cierro los ojos
Recuerdos...asaltan mi mente

No sé si moverme o dejar que la corriente me lleve
No sé si nadar de nuevo
en las mismas aguas que he dejado atrás
donde las recientes cicatrices todavía
se resienten...
Dime si acaso
¿No tienen todos derecho a enmendar sus errores?
Todos merecen otra oportunidad
¿no es así, vieja amiga?

sábado, 13 de octubre de 2012

Abismo


Siento que mi vida se vuelve a derrumbar
 el  denso aire a mi alrededor comienza a asfixiarme
me dejo llevar por esa niebla que me recubre,
 oleadas y oleadas de dulce oscuridad 
me arrastran hasta el abismo...
Me pierdo..
entre la inmensidad del caos
y mi corazón latiendo desbocado por el miedo
Las rocas se caen, empújan,  me llevan hacia el suelo
 Me precipito hacia el mar
y las olas embravecidas me golpean rasgando mis viejas heridas
Sangro...
las congeladas aguas me paralizan
No siento nada
Mi garganta se quiebra en un alarido mientras la luna observa mi agonía
Me hundo...
Ya no puedo apartar
la oscuridad
de mi camino
No quiero mirar hacia atrás, 
pero tampoco quiero mirar al futuro
Quiero dormir y despertar sintiendo
que valió la pena...
...seguir luchando
Me dejo llevar por la corriente 
flotando a la deriva como un barco magullado
No encuentro la manera de acallar mis pensamientos
y mi tristeza..
Lo único que deseo es cerrar los ojos y soñar..
Me desquicia sentir que
aunque ahora el dolor me impida moverme
aunque la vida me haya golpeado tantas veces
aunque todas las cosas me superen
en algún lugar de mi interior
 lo único que me apetece
es volar...




Reflexiones bajo las estrellas



Hoy fui a dar un paseo de noche.
He llegado a un punto en el que necesito salir de casa, me agobia estar encerrada, ver el cielo nocturno me inspira, me gusta.
Como siempre no paro de pensar por cosas que quizá carecen de importancia.
Es curioso como nuestra mente rememora los recuerdos pasados.
A veces es confuso, y doloroso, pasar por un lugar cargado de historias, de risas de conversaciones interminables con amigos...y ver ese lugar, completamente vacío.
Los sentimientos van a la deriva como un barco, nunca sabes si puedes encontrarte en medio de una tormenta, o si todo se llenará de calma...
Me gusta recordar, me gusta volver a sentir esos recuerdos, muchas personas se confunden y piensan que son recuerdos tristes porque nos ponemos melancólicos al verlos de nuevo, pero no es así.


Nuestro cerebro es más inteligente de lo que pensamos y solo escoge los recuerdos felices, por eso mismo, nos hacen tanto daño, porque ya no los tenemos, ya se han convertido en algo del pasado.

Realmente nos duele porque tememos no volvernos  a sentir de esa manera, pero vendrán tiempos mejores y tiempos peores. Sin duda es cierto eso que dicen, de que tenemos que vivir el presente.
Temes perder los momentos felices de tu vida recordando tu pasado, mientras por culpa de eso vas dejando pasar los momentos que te quedan por disfrutar.
Es hora de ser un poco egoísta, de mirar un poco por mi misma 
y no dejar que lo demás me consuma día a día.
La única persona que tiene el poder de hacerme feliz, soy yo misma.

viernes, 12 de octubre de 2012

Los silencios hablan

Este es el único lugar donde puedo ser yo misma, sin preocuparme por los demás, sin importarme que pensarán de mí...mi único espacio oscuro, donde poder desahogarme cuando estoy destrozada por dentro y no puedo mostrarlo por fuera. El único testigo de mis palabras serás tú.
Un corazón destrozado puede nublarte con su presencia, un ser atormentado  puede hablarte con la mirada, y una persona desesperada gritarte en silencio...pero pocos se dan cuenta, pocos de los que ven, realmente observan...


Quieren que escriba de alegría, de sentimientos buenos, de felicidad,
pero en este momento, no hay sentimientos buenos, ni alegría,
 y la felicidad se ha perdido por el camino...



Mi luz, mi ser




 Una vez soñé con el cielo.

Hermoso y a la vez sencillo.
Una inmensa estancia  de color blanco con el suelo de mármol
 y las paredes de terciopelo.
Era agradable porque no podía caminar, tan sólo
flotaba...
como una pluma.
Me movía pausadamente, sin esfuerzo, 
por aquel lugar tan extrañamente familiar.
Entonces  la ví
Su rostro era tan bello,   
tan perfecto y  en armonía con todo.
Sus enormes ojos celestes se abrían
 y cerraban con incredulidad.
Vestía un vestido largo de seda, 
 no tenía un color definido
 con matices dorados rodeando cada contorno 
el cabello estaba recogido con cintas 
cada rizo dorado caía sobre sus hombros
como un cascada.
De su espalda  nacían 
unas extensiones que se alargaba hacia arriba
como  unas deslumbrantes alas  de luz plateada.
Toda ella parecía emanar luz.
Mientras la observaba
me percaté de que tenía
 la boca ligeramente abierta de asombro
No quería que se asustara..
y alargué la mano inconscientemente.
Pero mis dedos chocaron con algo duro y frío.
Habíamos hecho el mismo gesto,
y nuestros dedos estaban separados por un fino cristal.
Alcé la vista, vi el marco tallado de madera blanca con motivos
curvilíneos que lo rodeaba,
y lo entendí.
Un espejo.
Parpadeé confusa y los destellos de luces a mi alrededor me abrumaron.
Levanté una mano y me acaricié el rostro,
suave y perfecto, como si estuviera pulido por un artista,
toque la tela de mi vestido,
mi pelo, mis manos, estaba fascinada.
Esos pequeños gestos hicieron que todo mi cuerpo cobrara vida
mis alas destellearon,  me movía
con una agilidad asombrosa y 
un sonido gutural, casi un gemido
salió de mi garganta.
Mi voz...
No podía apartar los ojos de aquel espejo, de mi propio reflejo.
Me ardían los ojos.
Empezó a nublarse mi visión,
y me di cuenta de que estaba
llorando...
Esa, era yo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Recuerdos tan distantes...como tú



Solo había oscuridad…rodeándome. Y al cerrar los ojos oí su voz.
Tan profunda y a la vez suave, sincera…
“Tranquila, soy yo”
Mi cuerpo se destensó, el aire contenido se dispersaba mientras suspiraba, sintiéndome liviana…su voz…
 “Aquí estoy, no te preocupes no me iré”
Sedienta de amor, de pasión y lujuria me quedo embelesada escuchándola…quiero hablar pero mi voz se quiebra como el cristal. Tengo miedo de que las piernas me fallen, pero estoy hundida…No puedo escapar, pero tampoco deseo irme.
Me empieza a dar vueltas la cabeza y su voz se hace más lenta y cautelosa.
“Tranquila…no te muevas, no te haré daño…solo quiero…”
Contengo la respiración, no puedo moverme. Me resbalo por la piedra fría y me quedo sentada en el suelo.
“…un poco…solo un poco de…”
El aire se vuelve más y más denso conforme se acerca hacia mí, sus pisadas son leves, decididas. De repente estoy asustada.
“…sangre…”
Siento que me entran náuseas, quiero escaparme, irme… ¿ha dicho sangre?...No se donde estoy, no sé que estoy haciendo aquí, debo salir…La oscuridad  me ahoga…y su voz… no puedo…estoy temblando.
Siento sus frías manos en el brazo, me arden, me aparto rápidamente hacia el lado opuesto.
“….un poco…nada más…no voy a desangrarte…te lo prometo”
Suelto un gemido… ¿desangrarme?...no puedo pensar con claridad, su voz me aturde…Me esta llevando a la inconsciencia. Confío en el pero ¿y si sale mal? ¿Y si no se controla y me desangra? Sé que una parte de él lo esta deseando, pero ¿porque yo también? ¿Por qué deseo que lo haga? ¿Porque no me importa?
Su mano acaricia levemente mi hombro desnudo, su tacto me produce un escalofrío, pero esta vez no me muevo…soy incapaz de moverme.
Posa sus labios sobre mi hombro, besándome el cuello, con avidez. Mientras me sigue hablando.
“Tranquila, pequeña…no voy a hacerte daño, ya lo sabes”
Pequeños mordiscos rasguñan mi piel…mientras sus susurros llenan mi cabeza. Su voz…
¿Por qué lo hace…? ¿Por qué lo deseo tanto? Me siento tan relajada…tan confusa  y excitada.
Su otra mano acaricia uno de mis pechos, siento que me derretiría de un momento a otro. Me siento débil y frágil. Y él lo sabe, sabe que soy vulnerable para el.
Mi respiración se ha hecho más rápida, igual que la suya, siento su aliento en mi nuca y sus dedos jugueteando sobre mi piel con descaro. Su esencia me envuelve, como la más dulce y peligrosa de las tentaciones…
De pronto se detiene. Mi cuerpo se pone en tensión, solo se escuchan nuestras respiraciones entrecortadas…su boca esta a unos centímetros de mi cuello, siento el aire entrar y salir de su boca.
Sé lo que piensa. Sé lo que va a hacer.
Pero antes de que pueda decir o hacer nada, se acerca y siento como un dolor intenso me atraviesa todo el cuerpo, al romperse mi piel bajo sus dientes. Me muerdo para no gritar...desconcertada.
Mientras el me lame la herida y se bebe la sangre… mi sangre…cada latido en mi cuello, es tan rápido y doloroso que empiezo a marearme…


Siento como la sangre se derrama por mi boca y dejo de morderme. Y él también se da cuenta, me gira la cabeza delicadamente con su mano y sus ojos me atraviesan, dejando mi mente al descubierto y mi cuerpo a su voluntad… podría matarme allí mismo si lo quisiera, y yo  no haría absolutamente nada, me quedaría allí observándole mientras me desangro, mirando sus ojos tan oscuros y profundos como un océano negro, respirando el ultimo aliento…y sería una buena forma de morir…
Se acerca y yo inconscientemente me alejo, no quiero, pero a la vez si, su presencia me produce sentimientos contradictorios. Pero él se acerca más y me muerde el labio inferior, me separo y sin quererlo se abre más la herida.
Él se ríe. Me retuerzo pero el me sujeta con sus manos, y me besa. Siento el sabor de mi sangre en la boca, mientras su lengua se desliza hacia la herida constantemente. Me pierdo…sigo hundiéndome más en la oscuridad, no puedo pensar…
Y me dejo llevar por el.
Sus manos se habían aferrado a mí clavándose en mi espalda…
Y no me desagradaba. Me aferré a su cuello, experimentando la necesidad mutua que teníamos.  Me gustaba esa sensación. Empecé a devolverle los besos y a morderle el cuello también, sintiendo cada vez que ese vacío en mi interior se estaba llenando. Dejando que se liberara mí deseo contenido, mis esperanzas…
Pero algo dentro de mí se rompía cada vez que sus besos se deshacían en mi boca…
El me deseaba, pero solo eso. No era más que un deseo irracional por mi esencia, por mi cuerpo, por mi compañía…
Y me dolía, me dolía bastante más que las heridas, bastante más que si me clavara un cuchillo en la espalda…pero lo quería tanto…no quería que viera sufrimiento en mi rostro, no en ese momento tan perfecto.

Y se detuvo de nuevo…dejando mi piel ardiendo, sin remedio. Nos miramos a los ojos, y entendí que lo sabía, me había leído la mente. Sé que estaba decepcionado, dolido, frustrado porque realmente no quería hacerme daño, al fin y al cabo era mi amigo.
Mi amigo especial…
Me besó fugazmente los labios de nuevo y me rodeó con sus brazos, abrazándome, susurrándome  al oído, mientras me derrumbaba y dejaba caer las lágrimas contenidas…
“Lo siento pequeña”